¿Sueles cocinar con Verduras congeladas? Es una excelente opción cada vez más popular entre las personas que quieren cuidar su alimentación sin renunciar a la calidad ni a la comodidad. Tenerlas a mano da muchísimo juego en tu cocina, son imprescindibles en tu congelador.

A diferencia de lo que se podría pensar, conservan todos sus nutrientes y propiedades, lo que las convierte en una elección inteligente para tu dieta equilibrada.

Ventajas de las Verduras congeladas

• Versatilidad: te brindan la posibilidad de cocinar los más diversos platos y con las más variadas técnicas: al vapor, al horno, hervidas, salteadas, rebozadas, en sopas y cremas, en tempura…
• Comodidad: Las puedes utilizar cuando las necesites y te ahorras el tiempo y el trabajo de pelar o cortar los ingredientes. Así, tus platos son más fáciles y rápidos de cocinar. Además, no tienes por qué consumir el paquete entero; coges las piezas que necesites y guardas el resto en el congelador.
• Conservación: gracias a nuestros cierres zip la conservación de estos alimentos resulta óptima, evitando problemas de deterioro, aparición de patógenos u oxidación.
• Conservación de nutrientes: la ultracongelación de las verduras se produce en su punto óptimo de frescura, de forma que se mantienen sus vitaminas y minerales. Esto significa que podemos disfrutar de una gran calidad nutricional y también con la ventaja adicional de una mayor durabilidad. Consiguiendo así evitar el desperdicio de alimentos.
• Disponibilidad fuera de temporada: otro aspecto interesante es que se pueden consumir durante todo el año, incluso cuando tus verduras favoritas están fuera de temporada.

Si quieres conocer el proceso exacto en el que mantenemos la calidad de estas verduras congeladas, puedes verlo en este enlace.

4 recetas con Verduras congeladas. Paso a paso

Aprovecha la facilidad, comodidad y ahorro de tiempo que te ofrecen estos productos para incorporar más vegetales a tu alimentación diaria. ¿Quieres aprender a preparar unas deliciosas recetas con verduras congeladas? ¡Te lo ponemos fácil!

Sopa de cebolla gratinada

1. En una sartén u olla adecuada, rehogar 900 g de cebolla con 1 cucharada de mantequilla y 2 cucharadas de aceite. Salpimentar. Pochar a fuego suave unos 20 minutos, con la tapa puesta e ir removiendo de vez en cuando.

2. Cuando la cebolla comience a coger color, añadir 1 cucharadita de harina y remover.

3. Añadir ½ vaso de brandy, levantar el hervor y añadir 1 litro de agua en cuanto evapore el alcohol. Cocer entre 5 y 10 minutos, que espese ligeramente. Rectificar de sal y pimienta.

4. Untar de 8 a 12 rebanadas de pan con un poco más de mantequilla y tostarlo, 5 minutos, con el horno a 180 ºC.

5. Servir la sopa en cuencos individuales aptos para horno, colocar el pan tostado encima y coronar con el queso rallado espolvoreado.

6. Gratinar 5 minutos a 220 ºC y lista.

Sofrito de pimiento y huevo poché

1. En una sartén con un hilo de aceite, rehogar 1 cucharadita de ajo y 450 g de pimiento unos 10 minutos, hasta que ablanden ligeramente. Salpimentar.

2. Añadir 1 lata de tomate triturado y reducir a fuego medio 10 minutos más. Rectificar de sal y pimienta.

3. En un cazo con agua y 1 cucharada de vinagre bien caliente, sin que llegue a hervir, añadir 4 huevos de uno en uno formando un remolino en el centro del cazo previamente. Cocinar unos 3 minutos y reservar en agua fría.

4. Emplatar con los huevos encima del sofrito.

Pollo al ajillo

1. Freír el pollo en una sartén amplia o cazuela ancha, en abundante aceite, hasta que esté bien dorado.

2. Una vez frito, si hay demasiado aceite, retirar el exceso.

3. Añadir 1 hoja de laurel y 25 g de ajo. Dejar que dore ligeramente, vigilando que no se queme.

4. Incorporar enseguida 200 ml de vino blanco y cocinar unos 10 o 15 minutos a fuego suave.

5. Rectificar de sal y pimienta antes de servir.

Bacalao en salsa verde

1. Rehogar 20 g de ajo junto a 150 g de cebolla en una cazuela con abundante aceite de oliva.

2. Pasar por harina los 4 lomos de bacalao y colocar en la cazuela con la piel hacia arriba durante unos 2 minutos.

3. Añadir 50 ml de vino blanco, esperar que se evapore el alcohol y añadir 200 ml de agua poco a poco meneando la cazuela para que el bacalao suelte sus jugos y gelatina.

4. Cocinar el bacalao unos 5 minutos con un hervor suave.

5. Rectificar de sal, añadir abundante perejil y servir enseguida.

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